miércoles, 26 de agosto de 2009




EL REGRESO DE BAGUA
Por: Carlos Basombrío Iglesias










Sólo en el Perú pudo suceder que al “Moqueguazo” (el 16 de junio del 2008 el general Jordán en el puente Montalvo intenta desalojar a 15 mil manifestantes y sesenta policías, entre ellos el mismo general, son secuestrados y se “rinden”) le haya sucedido sólo cuatro meses después un “Moqueguazo II” (el 28 de octubre miles tomaron de nuevo el puente Montalvo y mantuvieron como rehenes a tres policías)… ¡y por los mismos temas sin solución!

¿Habrá un “Bagua II”?

Dada la tragedia que allí ocurrió, no sólo sería indeseable sino hasta criminal. En ese sentido son de una gran irresponsabilidad las declaraciones de la actual líder de AIDESEP, en el sentido de que ese podría ser el caso y que tendrían lugar cosas peores y nunca antes vistas.

Para que ello no ocurra la gente de AIDESEP tiene que cambiar de actitud y de lenguaje, pero también el gobierno tiene que cumplir sus promesas. No puede ser que pasados casi tres meses, la famosa mesa de diálogo de la selva con los ministros no esté aún funcionando y que el acuerdo de hacer una comisión investigadora de los hechos sea sistemáticamente boicoteado.

Dice Velásquez Quesquén que no hay mecida y que va a haber el diálogo, pero hay muchos, como Carlín por ejemplo, que basados en los antecedentes lo dudan seriamente.

Pero Bagua no sólo ha regresado por ese lado. Lo ha hecho también de la mano de la implacable acusación de Inspectoría de la Policía contra los generales Uribe y Muguruza responsables de la operación en el terreno.

Nunca, en el tiempo que sigo con atención lo que pasa en la PNP, he sabido de un informe del órgano de control interno tan pronto, tan duro y apuntando a generales en el activo. Todo parece indicar que el informe quiere aplacar la enorme indignación de los miembros de la PNP frente a lo ocurrido; incluso, más todavía, al hecho que a la muerte absurda de 24 policías se haya sumado tanta humillación y ofensa. (Entregar el “Corazón Policial” a Cabanillas después de la forma en que se lavó las manos y echó toda la culpa a la Policía es visto dentro como uno de los hechos más indignos de toda la historia de la PNP).

Ahora bien, si de Cabanillas hablamos, el fantasma de Bagua la sigue también persiguiendo. El congresista Abugattas anuncia, a la luz del informe de Inspectoría, una probable acusación constitucional. La premisa básica: si los generales tuvieron responsabilidad, ¿no llega también ésta a quien ordenó el operativo en tales condiciones de apremio y precariedad?

No me queda duda que Bagua, de una manera o de otra, va a ser un fantasma que persiga a todos sus protagonistas por muchos años.

Pero por lo menos no cometamos de nuevo todos los errores y terminemos en un Bagua II. Sería imperdonable.

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