Si no perteneces a esa raza difícil de encontrar por estos días que rechaza todo tipo de contacto con los medios de comunicación masiva o cualquier otro tipo de comunicación en boga y si ayer estuviste tan solo cinco minutos en contacto con algún medio de comunicación, tevé, radio, Internet, entre otros, seguramente, entonces, te debes haber enterado del revuelo mundial que se armó en torno a un pequeño de tan solo seis años que se creía estaba a bordo de un globo aerostático que estuvo varias horas a la deriva por los cielos de los Estados Unidos.
Aparentemente, porque la cuestión todavía permanece muuuy confusa, Falcon Heene, le robó el globo de gas a su padre, un hombre que se dedica al invento de cosas raras, lo accionó y ante el temor de ser castigado por la poco tradicional travesura decidió esconderse en el garaje de su casa, pero sus hermanos, desconociendo que Falcon jamás subió a la particular nave aérea alertaron a sus padres y a las autoridades locales que sí lo había hecho y entonces las fuerzas de seguridad del estado de Colorado armaron un impresionante operativo de rescate que no escatimó en gastos, incluso hasta se pensó enviar un Black Hawk UH-60 para bajarlo de allí. Pero claro no había nada que bajar porque el pequeño Falcon estaba en perfecto estado escondido en su casa.
Y ni hablar del fenomenal despliegue que muchas cadenas de televisión locales le dieron al hecho, poniendo en pantalla durante horas la imagen del globo volando por el aire y haciendo las más tremendas conjeturas y críticas hacia la irresponsable actitud de los padres, entre otras cuestiones.
Antes, bah por lo menos cuando yo tenía la edad de Falcon, las travesuras más arriesgadas que hacíamos consistían en tocarles los timbres a los vecinos y salir corriendo, faltar a la escuela, obviamente sin la anuencia de papá y mamá, e ir a pasar ese tiempo al cine o a una plaza con algún compañero cómplice, pero bueno, parece que los chicos de hoy, mucho más inquietos y exploradores que los de antaño, optan por nuevas alternativas de travesuras, las cuales, lamentablemente, suponen poner en riesgo sus vidas y la de los otros, además de movilizar al mundo entero que estuvo con el corazón en la boca durante horas pensando que a este niño le había pasado lo peor.
Por esto, los padres y también los medios de comunicación, sobre los cuales los chicos pasan horas pendientes, deberían ser más responsables y no fomentar situaciones o ejemplos de este tipo. Un hecho curioso que puede causar sorpresa y hasta risa, pero que sin dudas debe ser tomado seriamente y reflexionar sobre el.
Foto: La Nación
Fuente: PeriodismoenlaRed.com - La travesura de un niño que movilizó al mundo entero.
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