lunes, 26 de julio de 2010

“La desigualdad y la exclusión han aumentado”


(1) El economista Carlos Francke propone más atención a lo social y otros cambios. (2) Si el gobierno cobrara más impuestos a las grandes empresas, la situación podría mejorar.

(Diario: La Primera) Este modelo de desarrollo extractivista tiende a generar mucha desigualdad. Y como el Estado les cobra muy pocos impuestos a las empresas no hay un mecanismo de redistribución importante de ingresos.

Esta semana se cumple el cuarto año del gobierno de Alan García. El oficialismo resalta el nivel del crecimiento económico de estos años, pero ese crecimiento no se ha reflejado en un beneficio para la mayor parte de la población y ni ha impedido que aumenten la desigualdad económica y las brechas sociales. Pedro Francke, catedrático de economía de la Universidad Católica, analiza la situación.

–¿Cuál es el balance de la gestión económica de estos cuatro años del gobierno de Alan García?

–En primer lugar hay que resaltar que el gobierno ha enfrentado, salvo el año 2009, condiciones externas muy favorables: los precios de las materias primas han sido muy altos. Eso le ha dado un fuerte impulso a la economía peruana. En general, los países en desarrollo han tenido en estos años tasas de expansión económica amplias. En ese contexto, las cifras de crecimiento económico han sido importantes…

–Y también ha sido importante el crecimiento de la conflictividad social.

–Así es. Buena parte del crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) se explica porque las transnacionales han aumentado sus ganancias, pero eso no significa que los peruanos estemos mejor. La mejora de las condiciones de vida de la población ha sido mucho menor que el crecimiento económico…

–¿Ha sido un crecimiento económico que concentra sus beneficios en unos pocos e incrementa las brechas sociales?

–Efectivamente, ha sido un crecimiento económico con una alta concentración de las ganancias, especialmente en el sector exportador de materias primas, como las empresas mineras y petroleras, pero también en el sector financiero, las AFP. Las tasas de rentabilidad de las empresas en el Perú llegan a niveles de 30% ó 40% al año, mientras en Estados Unidos o Europa si una empresa tiene una rentabilidad de 15% ó 10% está feliz. Las ganancias de las empresas han aumentado muchísimo, pero los ingresos de la población no tanto. De hecho, los salarios de los obreros prácticamente no han aumentado nada.

–¿La desigualdad se ha incrementado considerablemente?

–La desigualdad ha aumentado mucho estos últimos años. Las ganancias de las principales empresas transnacionales en el Perú son cerca de 20 mil millones de soles al año, lo que equivale a lo que gana el 40% de la población peruana que está en el sector más pobre. Es decir, unas pocas empresas ganan lo mismo que diez millones de peruanos. Este modelo económico no solamente ha aumentado las brechas sociales y la concentración del ingreso, sino que produce una serie de daños a los más pobres. Eso lo vemos en la minería, con los pobladores de La Oroya contaminados con plomo, con los campesinos de Cajamarca o del Valle del Tambo y otras zonas a los que les están quitando el agua. Un sector de los más pobres no solamente no está mejorando con este modelo, sino que está empeorando.

–El ministerio de Economía asegura que en estos años la desigualdad de ingresos se ha reducido.

–Eso no tiene ningún sentido. Eso es algo que lo repiten algunos como Kuzcynski, pero no tiene ni pies ni cabeza y contradice la realidad. Uno ve el Perú y se da cuenta que la desigualdad ha aumentado. La medición que hace ministerio de Economía sobre la distribución de ingresos, a través de encuestas de hogares, es absolutamente equivocada. Esas encuestas no son respondidas por el sector más alto en el cual se concentra la mayor parte de los ingresos. Si no se mide a ese sector alto que tiene el 30% ó 40% de los ingresos, no se puede discutir sobre la distribución del ingreso.

–Alan García ha declarado que el Perú ha tenido un crecimiento inclusivo y que se ha fortalecido la clase media.

–No creo que hayamos tenido un crecimiento inclusivo. Las cifras sobre pobreza rural con regiones con 80% de pobres, las poblaciones afectadas por terremotos o huaycos que no tienen ayuda, sectores muy pobres afectados por problemas medioambientales, el tema de la falta de consulta a los pueblos indígenas, muestran todo lo contrario. Decir que hay un crecimiento inclusivo es algo que no se sustenta en la realidad.

–¿Y la clase media se ha fortalecido?

–En Lima y algunas otras grandes ciudades, donde se concentra el crecimiento económico, se ve, efectivamente, una ampliación de la clase media. Hay un crecimiento en la clase media y media alta, pero al mismo tiempo se ha incrementado la concentración de ingresos. El uno por ciento de la población concentra el 30% ó 40% de los ingresos. Y la clase media debe haber pasado de ser el 3% a ser el 5% de la población. Sí hay un crecimiento de la clase media, pero la mayor parte de la población sigue fuera de los beneficios del crecimiento económico.

–El gobierno exhibe como un logro del modelo económico la reducción de la pobreza de 44% a 34%...

–El gobierno se adjudica parte de la reducción de la pobreza que corresponde al gobierno anterior. Las cifras de reducción de la pobreza por ingresos no es una buena medida de la calidad de vida. Es curioso que las cifras de pobreza monetaria se reduzcan diez puntos, pero al mismo tiempo la desnutrición prácticamente no se ha reducido. Eso ocurre porque estas cifras de reducción de la pobreza monetaria muestran que la gente puede tener algo más de dinero, pero la gente tiene que gastar más en salud porque las medicinas cuestan más o en transporte, que es un caos. Uno puede tener algo más de dinero, pero lo que puede destinar a las necesidades básicas de su familia puede ser menos, entonces sus condiciones de vida no mejoran.

–¿Cuáles son los elementos del modelo económico que producen este crecimiento que incrementa las brechas sociales?

–El primero es la concentración en la extracción de minería y petróleo, que es un sector económico que genera muy poco empleo. La minería ha crecido extensamente durante 15 años y da empleo al uno por ciento del los trabajadores. Este modelo de desarrollo extractivista tiende a generar mucha desigualdad. Y como el Estado les cobra muy pocos impuestos a las empresas no hay un mecanismo de redistribución importante de ingresos. Otro problema es la falta de derechos laborales. Hay empleo, pero de muy mala calidad, con salarios muy bajos, con la posibilidad de ser despedido en cualquier momento, con frecuentes accidentes laborales. Faltan derechos laborales que ayuden a los trabajadores a tener mejores condiciones de vida. Un tercer elemento crítico del modelo económico es el abandono total de la microempresa y de los campesinos. El gobierno no ha hecho nada por el desarrollo de los pobres extremos del sector rural. No hay una política que trate de incluirlos económicamente.

–¿Cuáles son los cambios centrales que se deben hacer al modelo económico para ir a un crecimiento con redistribución de ingresos?

–Hay que darle más importancia a lo social: a la Educación, a la salud, a los niños, a la consulta a la población, al buen trato a la gente. En lo económico, hay que pensar en otras cosas que no solamente sean minerales y petróleo, como la agricultura, la biodiversidad, el turismo, la industria. Una medida básica para la redistribución de ingresos es aumentar los impuestos a las grandes empresas, como las mineras, y utilizar esos recursos para hacer un buen sistema de Educación, salud, seguridad social. Hay que apoyar a la agricultura y a la pequeña y mediana empresa para que la creación de la riqueza tenga una base más amplia.

–Alan García asegura que ahora el país está en posición más sólida que hace cuatro años.

–No creo que sea así. La desigualdad y la exclusión han aumentado y eso ha generado una gran cantidad de conflictos sociales. Este problema de seguridad ciudadana que hay en el país también tiene que ver con la enorme desigualdad que existe. Hay un sentimiento de enorme injusticia, de ser dejado atrás mientras otra gente tiene un montón de dinero. Socialmente ese tipo de condiciones tienden a producir conductas criminales. Desde el punto de vista de conflictividad social, de seguridad ciudadana, de corrupción, clarísimamente hay una mayor precariedad que hace cuatro años.

“El gasto social del gobierno es absolutamente ineficiente”

–Alan García ha dicho que para el 2021 la pobreza se puede reducir por debajo del 10% y los servicios de salud y Educación alcanzar los niveles de los países desarrollados. ¿Eso es posible?

–Claro que esas metas se pueden conseguir, pero no por el mismo camino de este gobierno. Ahora los servicios de salud son un desastre. Si continuamos la actual política económica, definitivamente no vamos a alcanzar esas metas.

–¿Cómo ha funcionado la política social del gobierno?

–La política social es una ausencia notoria en el gobierno. El gasto social del gobierno es absolutamente ineficiente. Ahora el gobierno lanza el aseguramiento universal en salud. Hemos esperado cuatro años para que diga algo en salud y le ha puesto 70 millones de soles, que es una ridiculez. Eso no va a resolver nada. El gobierno ha seguido con el programa Juntos, pero no hay ningún programa fuerte, interesante, que uno pueda decir que está teniendo un impacto entre los pobres rurales.

–¿Cuáles deben ser las prioridades en las políticas sociales?

–La infancia, sin duda, es un tema prioritario que el Perú todavía no ha resuelto. Luego está la situación de las poblaciones afectadas por los desastres. Todos los años hay huaycos, inundaciones, terremotos, y todos los años parece que fuera LA PRIMERA vez. Ahora vemos las muertes que está dejando el friaje, pero todos los años hay friaje y pasa lo mismo. No hay un mínimo de prevención. Es increíble. Otro tema importante es la atención a los adultos mayores. Casi todos los países vecinos tienen un tipo de pensión para ayudar a los ancianos; aquí no tenemos nada.

–¿Con el nivel de crecimiento económico que ha tenido el país cuánto más se podría haber avanzado en la reducción de la pobreza y mejora de la calidad de vida?

–Muchísimo más de lo que se ha hecho. Solamente con el 5% de las ganancias de las transnacionales en un año, se podría hacer un programa de riego tecnificado que les triplique sus ingresos a un millón de campesinos. Esa oportunidad la estamos desperdiciando. Eso es un crimen. La desnutrición crónica infantil se ha reducido cuatro puntos porcentuales y se pudo haber reducido al menos a la mitad de lo que tenemos, es decir al 12%.

–¿El problema es la falta de voluntad política para atender a la población más pobre?

–Efectivamente, el problema no es falta de recursos económicos, sino de voluntad política. Parte de la voluntad política sería cobrarle más impuestos a los que más tienen. Con precios internacionales muy buenos, con una cantidad de plata que nunca hemos tenido, con la enorme riqueza que está generando el Perú, que haya 60% de pobreza rural y que no se haga nada razonable para ayudar a esa población es una vergüenza. Se está desaprovechando una oportunidad de oro.

TLC tiene resultados negativos

–A poco más de un año del TLC con Estados Unidos, ¿el balance es positivo o negativo?

–Es negativo. El supuesto beneficio de que íbamos a exportar un montón a Estados Unidos no se ha cumplido. Para exportar a Estados Unidos ya teníamos los beneficios del ATPDEA, que son los mismos beneficios que ahora tienen Colombia y Ecuador, que no tienen TLC con Estados Unidos. A países como China e India les ha ido mejor que al Perú en las exportaciones a Estados Unidos sin tener un TLC.

–¿Y qué efectos negativos se han dado con el TLC?

–Ya se comienzan a verificar algunos de los efectos negativos que se plantearon antes de la firma del TLC con Estados Unidos. Han bajado los precios de algunas importaciones, pero no se han beneficiado los consumidores sino los intermediarios. Los productores agropecuarios se están viendo afectados por la importación de maíz, algodón, que les han quitado mercado y les han hecho perder rentabilidad. El TLC sustenta el modelo neoliberal extractivista. Gracias al TLC se da esta ofensiva sobre los territorios indígenas para extraer el petróleo, los minerales, la madera, que está generando un efecto pernicioso.

Carlos Noriega

Entrevista

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