Ciudad del Cabo, jul. 03 (ANDINA). El choque entre Argentina y Alemania por los cuartos de final del Mundial de Sudáfrica no es sólo un clásico más del fútbol internacional, sino también un duelo de identidades e idiosincrasias que van mucho más allá de cómo patear la pelota.
Esta vez, sin embargo, los alemanes tomaron la delantera y sorprendieron con un ataque verbal que no se hubiera esperado de ellos sino de los muchas veces tan expresivos sudamericanos.
Con un llamativo bajo perfil, la viveza criolla y el "fulbito de potrero", los argentinos quedaron en segundo plano ante el estratégico avance germano que calentó el clima previo al partido en Ciudad del Cabo.
“¿Qué te pasa, Schweinsteiger? ¿Estás nervioso?", le respondió Maradona al mediocampista alemán que lanzó la primera piedra, y le subió la apuesta, como buen compadrito: "Vamos a ir a ganarle a Alemania en su campo".
"Es un acto de respeto y nerviosismo", interpretó el marcador central Martín Demichelis, quien juega desde hace siete años en el Bayern Múnich.
Y ante la afirmación de Philipp Lahm de que los argentinos "no saben perder", Demichelis fue directo al corazón.
"En Alemania perdés y tus propios compañeros se están riendo, sacando fotos en el vestuario. A nosotros el dolor de la derrota nos dura muchísimo más que a ellos", marcó las diferencias. Y ni hablar si de fondo suena un tango que desplace el pegadizo ritmo de la infaltable cumbia que los acompaña día y noche.
Para los argentinos, el fútbol es parte de la identidad nacional, uno de los pocos disparadores de un sentir colectivo que llega a su punto máximo cada cuatro años con el Mundial.
Y si es con un ídolo de carne y hueso en la dirección técnica, como Maradona, todo se extrapola a niveles impensados.
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