Entre sus hallazgos y confirmaciones, habíamos señalado los posibles delitos de los miembros de BTR, que iban más allá del mero delito de interceptación, así como la existencia de espionaje político y contra abogados de estudios top de Lima.
Ayer, Prensa Libre presentó más detalles: desde la posible conexión de Alex Kouri con los marinos de BTR, hasta cuestiones que implican a Del Castillo (la supuesta versión sobre plata para la campaña y cartas y mails directas entre Canáan y él), Daniel Saba (un correo enviado por Rómulo en febrero de 2008 sobre el interés de los noruegos de Discover y una visita de él y Quimper por esas fechas sobre ese tema) y Garrido Lecca (sobre materiales de construcción - ¿el cemento? - y su visita a la suite de Canáan) en este asunto. Vean el reportaje de Carlos Hidalgo:
Pero un detalle del reportaje me llamó más la atención. Y es la existencia de correos enviados por Wilson Gómez Barrios al Presidente de la República sobre vigilancia a congresistas nacionalistas y supuestos vínculos de éstos con Venezuela. Los correos son del segundo semestre del 2006. Este detalle es importante por varios motivos:
1. Las charlas sobre Venezuela: En el libro de Gustavo Gorriti sobre el caso Petroaudios, se señala que Wilson Gómez Barrios - quien era presidente de la asociación de empresas privadas de seguridad y tuvo asiento en la directiva de la CONFIEP durante varios años - y su ex esposa Giselle Gianotti daban charlas sobre un inminente peligro bolivariano contra la seguridad nacional. Las charlas eran dictadas a periodistas, políticos y empresarios.
2. La falsa alerta de atentado contra Alan: En diciembre de 2006, hubo una alerta de un supuesto atentado contra el Presidente. Edmundo Cruz dio a conocer la historia en junio de 2007:
Esta contrastación ha permitido establecer que pocos días antes de la fiesta de Navidad, el entonces jefe de Estado Mayor del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas (CCFFAA), vicealmirante José Aste Daffós, recibió en su despacho a dos ejecutivos de la empresa de seguridad privada Forza: Wilson Gómez-Barrios Rincón y Aldo Schwarz Cossu, ambos oficiales de la Armada Peruana en situación de retiro. Los directivos empresariales asistieron acompañados de una dama, cuya identidad nos reservamos.
En la reunión también estuvo presente el general de división EP Otto Guibovich Arteaga, quien desde el 5 de diciembre pasado se desempeña como comandante general de la Región Militar Centro.
La cita fue promovida para hacer escuchar al CCFFAA un informe reservado sobre un probable ataque al Palacio Presidencial, al Palacio Legislativo y al de Justicia. El ataque tenía como objetivo atentar contra los más altos funcionarios.
La expositora fue la dama acompañante de los ejecutivos de Forza.
Como es norma, los reportes de esta naturaleza a la más alta instancia militar son competencia del órgano de seguridad del Estado o del sistema de inteligencia nacional. Pero esta vez la información de alerta corrió a cargo de una empresa privada.
La dama, luego se supo, fue Gianotti. La alerta fue falsa y los dos detenidos por el supuesto atentado fueron liberados a las pocas horas. Jamás existió un peligro real. Cruz señala que la reunión se produjo a instancias de Luis Giampietri quien, además de primer vicepresidente de la República, es marino en retiro.
Ello ya nos indicaba que en altas instancias del gobierno confiaban más en la inteligencia privada que en la generada por los servicios de inteligencia de los institutos armados, llamados a la producción de la misma de acuerdo a la legislación vigente.
3. Vínculos de ex directivos de Forza con este gobierno: Dos ex directores de Forza, ahora llamada Securitas, fueron Julio Favre y Ricardo Vega Llona, quienes han sido bastante cercanos al Presidente de la República. Favre estuvo en una frustrada gestión en Forsur, mientras que Vega Llona presidió la organización de la cumbre América Latina - Unión Europea. Ambos, además, acostumbran reunirse con García en Palacio constantemente, para intercambio de ideas sobre política.
4. El seguimiento a la CCB: Roberto Bustamante detectó un pasaje de una declaración de Ponce Feijóo en la que reconocía que hacía seguimiento a gente de la llamada Coordinadora Continental Bolivariana. Lo mismo ocurrió con Forza, de acuerdo a lo visto en el reportaje. En realidad, siguiendo la línea de argumentación de Gorriti, esto formaba parte de una agenda particular que compró el gobierno: conspiración chavista, ir en contra de los casos de derechos humanos y espiar a activistas como el padre Marco Arana.
Al final, ¿cuál termina siendo la consecuencia para la gobernabilidad? Carlos Melendez la comentaba hace unos meses:
La privatización de los servicios de espionaje y de manejo de la información no sólo genera casos de corrupción, sino el predominio de medidas represivas en la relación entre inversiones privadas y los ciudadanos afectados por ellas. Si un minero asume a un ex agente como su asesor en temas sociales, creo que tendremos mayores y más serios desencuentros (por decirlo del modo menos duro). El Perú post-SIN no sólo está en la suite de Canáan, sino también en la comunidad más alejada de las ciudades, ahí donde el espionaje vale quizás tanto como el oro que se extrae de esas tierras.
Y por ello, el Presidente debe darnos una seria y sincera explicación sobre este tema. Creo que ya no puede seguir callando sobre un tema que, conforme se acerque el final de su mandato, se le complicará aún más.
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