HABLA ALLISON
Pues es lo que debería decirle el Presidente de la República a su Ministro de Vivienda, luego de meterlo en un lío gordo por su vinculación con Business Track. Hoy, Perú.21 suelta otro dato contundente:
Hasta cinco días antes de que se difundieran los audios que revelaron los negociados de Rómulo León y Alberto Quimper, el ministro Francis Allison mantuvo una estrecha relación laboral con la empresa Business Track (BTR), responsable de estas grabaciones.
Según información proporcionada a este diario, la relación contractual entre el hoy titular de Vivienda y BTR se inició en setiembre de 2007 y duró hasta setiembre del año siguiente. Es decir, Allison fue asesor legal de la empresa investigada mientras esta realizaba el espionaje telefónico que, en octubre de 2008, ocasionó la caída del gabinete ministerial presidido por Jorge del Castillo.
Por los informes que presentaba al directorio de BTR, Allison recibía un sueldo de US$2,800, que en un año sumó US$33,600. “Hacía informes tributarios, laborales y administrativos. El contrato acabó después de un año, según lo establecido en un pacto previo”, dijo ayer el titular de Vivienda.
Pero, si la asesoría que prestó era tan transparente como él dice, entonces ¿por qué esperó a que estallara el escándalo de su contrato para recién informar al presidente Alan García y al premier Javier Velásquez Quesquén?
Allison respondió que no consideró necesario poner en autos al mandatario al momento de ser designado ministro y que recién lo hizo, en una reunión privada, “hace unas semanas”. Sin embargo, fue el mismo primer ministro quien, sin proponérselo, le enmendó la plana al indicar que fue el miércoles 16 –un día antes de que una revista local publicara su antigua relación laboral– que reveló su contrato con BTR.
El martes, Allison ya sabía que se venía la denuncia, explotada por Caretas el jueves. Pero no declaró a los periodistas de la revista, dado que estaba fuera de Lima. Y el miercoles se lo cuenta a Velásquez Quesquén y, según la versión dada por el Ministro, semanas antes, a Alan García. Sigue flotando en el ambiente la pregunta: ¿Por qué recién ahora nos contó a todos esta historia? Peor aún, ¿por qué estaba en la empresa que a la vez, como hoy sabemos, lo chuponeaba?
Pero todo indica que, por lo menos en este gobierno, no conoceríamos la respuesta. Y es que como recuerdan en el Utero de Marita:
Por supuesto, no pasará nada de nada. Después de todo, el jefe de Business Track, Elías Ponce Feijoó, trabajó para la campaña de Alan García contra Ollanta Humala. O sea que Allison trabajó para Ponce que trabajó para Alan. Y ahora Allison trabaja para Alan. Todo queda en familia.
Mientras, señor Presidente, hágale caso a Heduardo. Lea Petroaudios. Quizás el contenido le gusta más que de los de los blogs, Twitter y Facebook, que se lo recuerdan todos los días.
PD: Mi solidaridad con Efraín Rua del diario La Primera, por la injusta sentencia producida a favor de Alan García Nores.
Hasta cinco días antes de que se difundieran los audios que revelaron los negociados de Rómulo León y Alberto Quimper, el ministro Francis Allison mantuvo una estrecha relación laboral con la empresa Business Track (BTR), responsable de estas grabaciones.
Según información proporcionada a este diario, la relación contractual entre el hoy titular de Vivienda y BTR se inició en setiembre de 2007 y duró hasta setiembre del año siguiente. Es decir, Allison fue asesor legal de la empresa investigada mientras esta realizaba el espionaje telefónico que, en octubre de 2008, ocasionó la caída del gabinete ministerial presidido por Jorge del Castillo.
Por los informes que presentaba al directorio de BTR, Allison recibía un sueldo de US$2,800, que en un año sumó US$33,600. “Hacía informes tributarios, laborales y administrativos. El contrato acabó después de un año, según lo establecido en un pacto previo”, dijo ayer el titular de Vivienda.
Pero, si la asesoría que prestó era tan transparente como él dice, entonces ¿por qué esperó a que estallara el escándalo de su contrato para recién informar al presidente Alan García y al premier Javier Velásquez Quesquén?
Allison respondió que no consideró necesario poner en autos al mandatario al momento de ser designado ministro y que recién lo hizo, en una reunión privada, “hace unas semanas”. Sin embargo, fue el mismo primer ministro quien, sin proponérselo, le enmendó la plana al indicar que fue el miércoles 16 –un día antes de que una revista local publicara su antigua relación laboral– que reveló su contrato con BTR.
El martes, Allison ya sabía que se venía la denuncia, explotada por Caretas el jueves. Pero no declaró a los periodistas de la revista, dado que estaba fuera de Lima. Y el miercoles se lo cuenta a Velásquez Quesquén y, según la versión dada por el Ministro, semanas antes, a Alan García. Sigue flotando en el ambiente la pregunta: ¿Por qué recién ahora nos contó a todos esta historia? Peor aún, ¿por qué estaba en la empresa que a la vez, como hoy sabemos, lo chuponeaba?
Pero todo indica que, por lo menos en este gobierno, no conoceríamos la respuesta. Y es que como recuerdan en el Utero de Marita:
Por supuesto, no pasará nada de nada. Después de todo, el jefe de Business Track, Elías Ponce Feijoó, trabajó para la campaña de Alan García contra Ollanta Humala. O sea que Allison trabajó para Ponce que trabajó para Alan. Y ahora Allison trabaja para Alan. Todo queda en familia.
Mientras, señor Presidente, hágale caso a Heduardo. Lea Petroaudios. Quizás el contenido le gusta más que de los de los blogs, Twitter y Facebook, que se lo recuerdan todos los días.
PD: Mi solidaridad con Efraín Rua del diario La Primera, por la injusta sentencia producida a favor de Alan García Nores.
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