EL DUEÑO DEL CIRCO
Sep. 05 2009
BOMBARDEANDO NUESTRAS CABEZAS
Escrito por: Jose Alejandro Godoy en Uncategorized
Deténgase, estimado lector, un momento, para leer los discursos de estos días. Aquellos que, luego de un ataque senderista más, con tres miembros de la FAP cuya muerte todos lamentamos, enfatizan en la mano dura, creyendo que repitiendo los errores del pasado podrán parar lo que ocurre. Veamos algunos ejemplos:
Aldo Mariátegui:
Hace no mucho propuse que se bombardee con el barato y eficiente napalm los perímetros de las bases del Ejército en el VRAE para evitar estos seguros tiros al blanco que hacen los senderistas durante sus asedios, y muchos casi me comparan con Hitler. Pues vean hoy los resultados: helicópteros tumbados, muertes lamentables de militares y heridos bloqueados. Se debe entender que esto no es un picnic sino una guerra con un enemigo implacable. Es casi imposible detener a esos francotiradores parapetados en la espesura, por más que los helicópteros de apoyo preventivamente “rocíen” de balas el cerco para despejarlo. Lo efectivo en estos casos es detectar al emisor del fuego, calcular sus coordenadas, trazar su posible área máxima de movimientos de escape y luego bombardearlo desde el aire o cañonearlo desde tierra con artillería (otra alternativa es la defoliación, pero eso afecta demasiado al medio ambiente).
Luis Giampietri:
Y escuchen bien lo que voy a decir, probablemente sea una barbaridad, pero hay que declarar la zona como zona de combate, qué hacen civiles metidos ahí que estorban y que dificultan el trabajo y dan pie a que después las ONG denuncien a los oficiales de violación de los derechos humanos. Así no se puede pelear, señor Presidente.
Hugo Guerra:
Por el grado de violencia que ahora se registra en el VRAE, ese abordaje de privilegiamiento socioeconómico y político del problema es ahora mucho menos viable. La urgencia del caso requiere más bien —según bien dice el almirante Giampietri— declarar un amplio segmento del VRAE como zona de combate. Eso implica negociar con las organizaciones de base para disponer traslados consistentes de la población civil a efecto de reubicarla en un entorno cercano, donde existan tierras colonizables, previo saneamiento, titulación y financiamiento. Luego, una gran cirugía militar tendrá que utilizar los recursos represivos más drásticos que resulten indispensables hasta sacar a terroristas y narcos de sus escondrijos.
Rafael Rey
¿No es la propia Comisión de la Verdad que ha catalogado a Sendero Luminoso, contra la opinión de muchos de nosotros, por supuesto, como partido político? Si es así, por la propia definición de la Comisión de la Verdad, Sendero Luminoso actúa por razones políticas e ideológicas, cosa que no hace falta que nos lo recuerde una Comisión de la Verdad porque a cualquier persona, a cualquier peruano con media frente de inteligencia se da cuenta que es evidente.
Por lo tanto, ninguno de los hechos, ninguno que haya sido ejecutado por las fuerzas del orden, incluyendo los lamentables y condenables excesos se pueden calificar realmente como delitos de lesa humanidad. Y en cambio todos los atentados terroristas de acuerdo a la propia definición deben de ser calificados como delitos de lesa humanidad.
No necesitamos estos termocéfalos dirigiendo un conflicto. No requerimos de gente que, en el fondo, lo que quiere es carta abierta para matar como le da la gana, equiparándose moralmente con aquellos que dice combatir. No requerimos de personas que, en nombre de defender a las Fuerzas Armadas, pretende que no se procesen a los violadores de derechos humanos del pasado, confundiéndolos con quienes realmente cumplieron su deber con honor y profesionalismo. No necesitamos de un Ministro que, diciendo medias verdades, se olvida que la CVR calificó como crímenes de lesa humanidad los actos de Sendero Luminoso y el MRTA. No requerimos de periodistas que, en el fondo, no les importa lo que pase con quienes viven en la zona, y por eso reclaman bombardeos con napalm, olvidando la estrategia militar y política que debe existir en el VRAE.
Soy de los que cree que Sendero Luminoso es una organización que no debe existir, soy de los que quiere vivir en paz, pero no a cualquier costo. Soy de los que piensa que tenemos que ganarle la batalla al terrorismo y al narcotráfico, pero no haciendo tabla rasa de los derechos humanos. El patriorismo no se debe confundir con impunidad, la estrategia militar con la tierra arrasada, el deseo de ganar con la simple y llana ansia de matar.
Eso es lo que no entienden aquellos que quieren bombardear tanto el VRAE como nuestras cabezas.
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Luis Giampietri:
Y escuchen bien lo que voy a decir, probablemente sea una barbaridad, pero hay que declarar la zona como zona de combate, qué hacen civiles metidos ahí que estorban y que dificultan el trabajo y dan pie a que después las ONG denuncien a los oficiales de violación de los derechos humanos. Así no se puede pelear, señor Presidente.
Hugo Guerra:
Por el grado de violencia que ahora se registra en el VRAE, ese abordaje de privilegiamiento socioeconómico y político del problema es ahora mucho menos viable. La urgencia del caso requiere más bien —según bien dice el almirante Giampietri— declarar un amplio segmento del VRAE como zona de combate. Eso implica negociar con las organizaciones de base para disponer traslados consistentes de la población civil a efecto de reubicarla en un entorno cercano, donde existan tierras colonizables, previo saneamiento, titulación y financiamiento. Luego, una gran cirugía militar tendrá que utilizar los recursos represivos más drásticos que resulten indispensables hasta sacar a terroristas y narcos de sus escondrijos.
Rafael Rey
¿No es la propia Comisión de la Verdad que ha catalogado a Sendero Luminoso, contra la opinión de muchos de nosotros, por supuesto, como partido político? Si es así, por la propia definición de la Comisión de la Verdad, Sendero Luminoso actúa por razones políticas e ideológicas, cosa que no hace falta que nos lo recuerde una Comisión de la Verdad porque a cualquier persona, a cualquier peruano con media frente de inteligencia se da cuenta que es evidente.
Por lo tanto, ninguno de los hechos, ninguno que haya sido ejecutado por las fuerzas del orden, incluyendo los lamentables y condenables excesos se pueden calificar realmente como delitos de lesa humanidad. Y en cambio todos los atentados terroristas de acuerdo a la propia definición deben de ser calificados como delitos de lesa humanidad.
No necesitamos estos termocéfalos dirigiendo un conflicto. No requerimos de gente que, en el fondo, lo que quiere es carta abierta para matar como le da la gana, equiparándose moralmente con aquellos que dice combatir. No requerimos de personas que, en nombre de defender a las Fuerzas Armadas, pretende que no se procesen a los violadores de derechos humanos del pasado, confundiéndolos con quienes realmente cumplieron su deber con honor y profesionalismo. No necesitamos de un Ministro que, diciendo medias verdades, se olvida que la CVR calificó como crímenes de lesa humanidad los actos de Sendero Luminoso y el MRTA. No requerimos de periodistas que, en el fondo, no les importa lo que pase con quienes viven en la zona, y por eso reclaman bombardeos con napalm, olvidando la estrategia militar y política que debe existir en el VRAE.
Soy de los que cree que Sendero Luminoso es una organización que no debe existir, soy de los que quiere vivir en paz, pero no a cualquier costo. Soy de los que piensa que tenemos que ganarle la batalla al terrorismo y al narcotráfico, pero no haciendo tabla rasa de los derechos humanos. El patriorismo no se debe confundir con impunidad, la estrategia militar con la tierra arrasada, el deseo de ganar con la simple y llana ansia de matar.
Eso es lo que no entienden aquellos que quieren bombardear tanto el VRAE como nuestras cabezas.
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