“Ahora no tengo tiempo…es urgente que termine este trabajo…” ¿te suena familiar esta frase? O tal vez esta otra: “Ahora no puedo atenderte, estoy muy liado… apenas pueda te llamo…” Bueno, habria muchas formas de imaginarlo… el padre que no tiene tiempo para su hijo… para su cónyuge… para su madre ya anciana o el amigo y compañero de toda una vida. Estamos demasiados ocupados con la urgencia cotidiana. ¿Cómo distinguir lo que verdaderamente es urgente? …. Aunque el tema da para un estudio, mi intención hoy no es esa. Solo quiero que reflexionemos en este hermoso pp.s y al hacerlo comprendamos – como hijos de Dios – lo importante que es cada momento en nuestro paso espacio-temporal que llamamos vida. ¡Que la reflexión te sea de mucha bendición!
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