miércoles, 9 de febrero de 2011

¿RESTAURACION? ¡CUAL RESTAURACION!


Por: Ronny Galindo Aparcana

Foto: Renán Palacios Uribe
Quienes a diario transitamos por las calles adyacentes al herido Santuario de Luren podemos presenciar impávidos la incontenible demolición interior y exterior que se realiza de este templo, a pesar de la malla de la vergüenza que rodea el perímetro y dificulta la visibilidad, esta destrucción artera y dirigida desde el Obispado están haciendo añicos las históricas estructuras, de manera inapropiada y aleve, sumando una burla mas contra este pueblo.

Los destructores se avalan en el enrevesado “Anteproyecto de Restauración, Reconstrucción y Obra Nueva del Templo del Señor de Luren” que contó con la probación de la funcionaria Bákula antes que desapareciera el INC (RD Nº 150/INC-DRPH-DPHCR del 16 de julio 2010), la misma que están ejecutando de mala forma. Estos perpetradores, ufanados desde el poder con que cuentan, han allanado el camino legal para hacer barrabasadas y media.

Así han empezado por lo que ellos llaman “restauración” (termino que desde siempre les produce empacho y arcadas), pero tienen que convivir a regañadientes y aprovechar todas las oportunidades para logar su cometido, aunque para ello tengan que mentir todos los días. El templo parece ahora un edificio iraquí bombardeado, con agujeros, desmonte y basura por doquier, desmembrado y retirando sin ningún cuidado los elementos valiosos de paredes y pisos, parte de ellos son escondidos a hurtadillas y casi de madrugada en el edificio parroquial. En su malhadado Anteproyecto han dicho que las partes a “restaurar” serian las secciones del transepto y presbiterio e interiormente el lugar donde se ubica el altar y alrededores. ¿Se está haciendo esto? ¿La obra está a cargo de profesionales restauradores? No. La respuesta para las dos interrogantes es NO. No se ha contratado a ningún profesional en restauración patrimonial, ni técnico siquiera y el desmontaje de las estructuras se hacen a punta de comba, pico y cincel a cargo de personal de un programa de asistencia social pagado paupérrimamente por el Estado, que no conoce nada de albañilería y menos de cuidados restauradores. La única persona con perfil profesional a cargo de la obra es una ingeniera civil (que para el colmo nunca ha hecho restauraciones) y que como noticia resaltante sobre su calidad profesional viene enfrentando denuncia por estafa ante el Poder Judicial de Ica. Esa es la “restauración” que el Obispo ha ordenado para el Santuario de los iqueños.

Como todavía existen algunos incrédulos que creen ciegamente en el prelado y sostienen que las cosas se están haciendo bien. Les invitamos que echen una ojeada a la foto de abajo y vean como parte de la “zona a restaurar” ha sido echada abajo sin ningún criterio técnico, cuando esta parte debería ser recuperada con modernas técnicas de salvamento, pero ya están en la basura. Como hemos denunciando desde hace años, esta es la destrucción de nuestra historia, el pisoteo de nuestra heredad. Y en la vida -como en mecánica- a toda acción siempre se opondrá una reacción. La Marcha del 27 de Enero es solo un buen comienzo.





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